Las gemelas Kendra y Maliyah nacieron unidas por el abdomen en 2002
En un hospital de Salt Lake City nacieron dos niñas unidas por el abdomen. Las llamaron Kendra y Maliyah Herrin, y padecían una rara enfermedad que les hacía compartir pelvis, riñón e hígado. A pesar de tener las probabilidades en su contra, desafiaron todas las expectativas al vivir fuera del vientre materno. Los médicos habían advertido a los padres que no se hicieran ilusiones.
Aunque las bebés sobrevivieron por milagro al parto, la realidad sobre su estado hizo que muchos se preguntaran cuánto tiempo más podrían vivir. ¿Superarían las probabilidades o tendrían un triste final?
No esperaban que vivieran más de 24 horas
De cada 200.000 nacimientos, solo en uno nacen siameses y muchos no sobreviven. Sin embargo, las hermanas Herrin superaron su primera noche, lo que aumentó sus posibilidades de supervivencia. A pesar de la alegría de sus padres, el hecho de que compartieran órganos vitales hizo que los médicos les advirtieran que posiblemente no superarían las 24 horas. Con el paso de los días, Kendra y Maliyah demostraron que los doctores se habían equivocado. Aun así, sus padres tuvieron que tomar una decisión difícil.
¿Tendrán las gemelas las fuerzas para vivir o se acercaba el final? Porque en su estado no podrían tener una vida plena, así que ¿cómo harían sus padres y los médicos para brindarles una oportunidad de vivir?
Había que tomar una decisión definitiva
Las siamesas Herrin pasaron sus primeros años de vida siendo literalmente inseparables, al vivir cada momento juntas. Sin embargo, el hecho de compartir órganos planteaba graves complicaciones médicas que empeorarían con el tiempo. Sus padres, Jake y Erin, se enfrentaron a una decisión imposible: ¿debían mantenerlas unidas y arrepentirse más adelante o separarlas? La situación era aterradora.
Ninguna de las dos opciones parecía la ideal, y sus padres no sabían qué hacer. Con el futuro de sus hijas en juego, la familia Herrin se preparó para un camino incierto.
Sus padres no sabían qué hacer
Los siameses son un caso raro, y la decisión de separarlos no es fácil para ninguna familia. A pesar de los avances médicos, la familia Herrin tuvo que sopesar los riesgos y las ventajas para tomar la decisión de operar a sus hijas de cuatro años. Las innumerables consultas con médicos y psicólogos los dejaron sin mucha respuesta, pero una cosa acabó por hacer la decisión un poco más fácil: no podrían vivir unidas.
Decidieron dar un salto de fe y optaron por la operación. Su decisión cambiaría la vida de las hermanas para siempre, pero era necesario hacerlo.
Separarlas podría ser mortal
En todos los casos, separar a siameses es un procedimiento complejo y arriesgado; sin embargo, para Kendra y Maliyah Herrin, el hecho de compartir varios órganos dificultaba aún más la decisión. Las niñas compartían un solo riñón, una condición que amenazaba sus vidas. Kendra habló con franqueza de ello en su canal de YouTube e hizo hincapié en el peligro de tener un solo riñón para mantener a dos personas. A pesar de estos problemas, sus padres sabían que separarlas era necesario para su salud e independencia.
La decisión de someterlas a la operación no fue fácil, pero al final mereció la pena para que las gemelas tuvieran la oportunidad de un futuro mejor. ¿O no?
¿Cómo explicar a unas niñas pequeñas que van a ser separadas?
Las gemelas Herrin eran solo unas niñas cuando sus padres tuvieron que explicarles que iban a ser operadas para separarlas. Maliyah y Kendra intentaron comprender lo que eso implicaba, pero eran demasiado pequeñas para entender los riesgos que conllevaba la cirugía. Como contó Kendra en su canal de YouTube, sus padres les aseguraron que todo iría bien y se refirieron a la operación como "el día de la separación".
Fue una conversación difícil; aun así, sabían que se enfrentarían a un camino aún más duro mientras se preparaban para la operación.
Preparativos para la operación
Sus padres querían asegurarse de que ellas estuvieran preparadas para lo que vendría. Las hermanas Herrin incluso contaron: "Teníamos nuestra propia sala de juegos y muñecas. También nos dieron insignias de enfermeras". Estaba claro que tanto el personal del hospital como sus padres harían todo lo posible para que las niñas se sintieran cómodas. Pero nadie podía saber cómo iba a resultar la operación.
Lo único que querían sus padres era que ellas tuvieran buenos recuerdos de los días previos a la cirugía, sobre todo porque sabían que podían ser sus últimos momentos juntos.
Su piel tenía que estirarse cada semana
Aunque fue necesaria mucha mentalización antes de la operación, la preparación fue muy intensa. Las niñas compartían cuerpo, lo que significaba que compartían piel. Antes de que los médicos pudieran separarlas, tenían que asegurarse de que sus cuerpos podían soportarlo. "Cada semana nos ponían expansores tisulares, que eran como pequeños globos que te los colocan debajo de la piel para que esta se estire y tengamos suficiente para cerrar".
Esta era una parte dolorosa del proceso y, si bien las niñas eran muy pequeñas, ellas todavía recuerdan la sensación. Incluso con toda esta preparación, sus vidas no estaban garantizadas.
Prepararse para el peor de los casos
Ante la desalentadora perspectiva de la operación de sus hijas, los padres hicieron lo que cualquier padre cariñoso haría: colmarlas de más amor y tiempo de calidad en familia. Kendra contó que la semana anterior a la operación fue asombrosa, llena de divertidas excursiones: al zoológico y a la piscina. El objetivo era crear recuerdos por si ocurría lo peor.
Y por fin llegó el fatídico día: el día en que las niñas serían separadas y su mundo cambiaría para siempre.
Llegó el día de la operación
Una semana antes de la operación, llevaron a las niñas al hospital para acomodarlas en su habitación y para que el equipo médico las conociera. A medida que pasaban los días, la familia no podía deshacerse de la ansiedad y el miedo. Por fin llegó el día: "El día de la separación". Las emociones estaban a flor de piel. Cuando las llevaron al quirófano, la familia se preparó para una larga espera.
Era un día en el que no sabían si se despedirán para siempre de sus queridas hijas o darían la bienvenida a un nuevo capítulo de sus vidas.
Por fin llegó el momento de separar a las niñas
Cuando llegó el momento, la preocupación de cómo ayudarlas a sobrellevarlas se adueñó de las mentes de los padres Herrin. En un giro conmovedor, organizaron una búsqueda del tesoro por el hospital que condujo a las niñas hasta el quirófano. Kendra compartió la historia en el canal de YouTube, y reveló que no tenían ni idea de lo que ocurría hasta el último momento cuando entraron a la sala.
La familia intercambió las últimas despedidas y oraciones, y Jake y Erin dieron tiernos besos a sus hijas.
26 duras horas después
Las niñas contaron que, durante la operación, sintieron como si solo hubiera pasado una hora; en realidad, duró 26 insoportables horas. Seis cirujanos expertos y 25 miembros del personal de apoyo trabajaron sin descanso para separar a las gemelas por el torso y cada una se quedó con una pierna. El postoperatorio fue igualmente desalentador, ya que las niñas tuvieron que pasar tres meses en el hospital.
El camino hacia la recuperación fue aterrador, pero la familia Herrin tuvo la suerte de contar con una increíble red de apoyo durante esta difícil etapa. Sin embargo, no sabían cómo se recuperarán.
Su historia se convirtió en noticia
Su historia tocó el corazón de muchas personas en Salt Lake City. "Recibimos cartas de admiradores mientras estábamos en el hospital. Todavía conservamos algunos", cuenta Maliyah. Durante su internación, las gemelas tuvieron la visita de sus seres queridos y, cuando les dieron el alta, las recibieron en casa con una gran celebración.
Pero esto no había terminado del todo para Maliyah; de hecho, estaba a punto de empezar otro intenso viaje.
Maliyah se quedó sin riñón
Debido a que solo compartían un riñón, el equipo médico tuvo que tomar una difícil decisión. Kendra recibió el riñón y su hermana se sometió a diálisis durante nueve meses, hasta que su madre donó el suyo con la esperanza de brindarle una mejor vida. Sin embargo, una década después, el cuerpo de Maliyah empezó a rechazar el riñón y tuvo que volver a someterse a diálisis y el futuro volvió a ser incierto.
Nadie sabía cómo evolucionaría ni cuánto tiempo tendría que someterse a este tratamiento, pero una cosa sí se sabía: necesitaba otro riñón y rápido.
Un donante de riñón anónimo salvó la vida de Maliyah
Maliyah tuvo que someterse a diálisis durante otros 18 meses mientras estaba en la lista de espera para recibir uno. A pesar de las dificultades, se mantuvo positiva y fuerte. Su madre, Erin Herrin, expresó su admiración por la resistencia de su hija y señaló que ella había superado la pérdida de amigos que también tuvieron que someterse a diálisis. Tras una larga espera, un generoso donante anónimo le proporcionó un riñón, lo que le permitió tener por fin otra oportunidad de vivir.
Pero incluso con esa posibilidad, todavía existían incertidumbres y riesgos. Ellos sabían que solo el tiempo dirá si el cuerpo también rechazaría este riñón.
Maliyah se somete a otro trasplante de riñón
La familia temía por ella y no sabía cómo sobreviviría. Después de la operación quedó sin riñón y, gracias a su madre, tuvo uno durante diez años. Sin embargo, ahora no tenía más remedio que volver a someterse a otro trasplante y se esperaba que eso sería la solución definitiva.
Sin embargo, tras el segundo trasplante, hubo complicaciones: se deshidrató dos veces y tuvo un tercer susto con una dosis incorrecta de medicación. Aun así consiguió sobrevivir.
Acostumbrarse a ser una misma fue extraño
Estar unido a otra persona es un vínculo sin igual, pero para Kendra y Maliyah, la sensación era extraña. Por eso agradecen que sus padres tomaran la difícil decisión de separarlas. Aunque conllevaba muchos riesgos, tuvo un final feliz. Con personalidades muy diferentes, admiten que se habrían peleado todo el tiempo si hubieran seguido unidas.
Ahora pueden disfrutar de vidas separadas y dedicarse a sus propios intereses, algo que nadie habría esperado cuando eran bebés.
En el bachillerato por fin pudieron sentirse independientes
Para estas niñas, crecer y convertirse en adolescentes no estaba garantizado, y sus padres no estaban seguros de que fuera posible. Pero llegó el día en que entraron al bachillerato, y experimentaron una nueva libertad e independencia. Todos los días se levantaban, se preparaban e iban a la escuela con la ayuda de un amigo. Estudiaban, se movían sin problemas e incluso llegaban a casa y se hacían solas la cena.
Nunca pensaron que alcanzarían ese nivel de independencia, así que cada hito era un logro.
Moverse solas no era tarea fácil
Para ser independientes, tenían que ser creativos para buscar la manera de desplazarse por sus casas. La ingeniosa idea de su padre fue utilizar taburetes y fue una de las formas más fáciles de hacerlo. Pero en el exterior, todavía tenían que hallar una alternativa. ¿Qué podían utilizar? Pues encontraron la solución perfecta.
Ya fueran viajes a parques de atracciones o conciertos, tenían patinetes eléctricos para montar. Y para distancias más cortas, andadores.
Aprender a caminar era la próxima gran aventura
Donna, su profesora, creía en su potencial, a pesar de sus limitaciones físicas. Al principio se sentían bastante débiles, pero con palabras de aliento, las jóvenes establecieron un solo objetivo: caminar con muletas al final del curso escolar. Tuvieron que superar miedos y debilidades, trabajaron sin descanso; cuando por fin lo consiguieron, fue un momento de triunfo para ellas.
En poco tiempo, ambas caminaban con muletas e incluso subían las escaleras sin problemas. Sin duda, recorrieron un largo camino para llegar a ese punto.
Intentar que la escuela sea un espacio seguro
La escuela puede ser un reto, pero Kendra y Maliyah Herrin han encontrado la manera de superar los obstáculos. A pesar de las dificultades que conlleva haber sido siamesas, las chicas han tenido una experiencia positiva. No han sufrido acoso escolar, algo por lo que se sienten muy agradecidas. Su visión positiva de la vida ha inspirado a muchos, al demostrar que todo es posible con la mentalidad y el sistema de apoyo adecuados.
Cuando empezaron la escuela, estaban nerviosas por lo que les esperaba en el instituto. ¿Harían amigos? ¿Podrían asistir a todas las actividades?
Construir amistades significativas a pesar de la adversidad
Sus amigos nunca las trataron diferente, algo que las gemelas agradecen enormemente. Incluso con su singular condición física, sus amigos apenas se dan cuenta de que tienen una pierna. En cambio, están asombrados de su valor. Una amiga, Anabelle, dice que le han enseñado mucho sobre cómo superar las pruebas con gracia y valentía. Admite que no sabe si podría soportar lo que ellas han pasado.
Sin embargo, hubo un obstáculo al que las hermanas tuvieron que enfrentarse y que ni siquiera su vínculo pudo conquistar. ¿Cuál es el nuevo desafío? ¿Serán capaces de superarlo?
Aprender a conducir fue la siguiente conquista
Aprender a conducir puede ser difícil y, para muchos, significa vencer los miedos. Cuando nacieron, sus padres tenían pocas esperanzas en el futuro. No estaban seguros de lo que les esperaba, pero para Maliyah y Kendra no existía nada que no pudieran afrontar. Así que decidieron aprender a conducir. ¿Podrían conseguirlo?
Su nueva confianza se extendió a otras áreas de sus vidas y aprendieron a abrirse camino en el mundo.
Mantener una actitud positiva a pesar de los problemas
Las gemelas Herrin se han enfrentado a numerosos retos, pero su actitud ante la vida se mantiene inquebrantable. "Tener una sola pierna significa que solo tenemos que pintarnos las uñas de los pies", bromeaban durante una entrevista. Su confianza en sí mismas y su visión optimista son inspiradoras, incluso para su propia madre. "La autoestima que tienen me deja sin palabras. Mucha gente podría aprender mucho de ellas".
Mientras las gemelas se esfuerzan por mantener su actitud positiva, se enfrentan a obstáculos que amenazan con quebrar sus espíritus. ¿Superarán las barreras de un mundo que no siempre se adapta a los discapacitados?
Defensa de la inclusión de las personas con discapacidad
Las gemelas Herrin se han convertido en activistas por los derechos de las personas con discapacidad. Con su nueva plataforma, utilizan sus voces para promover la inclusión y la comprensión. Animan a los demás a hacer preguntas y a mantener conversaciones sinceras sobre sus experiencias. "No tengas miedo de hablar con alguien", dice Kendra, "pero sé respetuoso". Estar en un lugar público y que la gente te mire no siempre es fácil, sin embargo, ellas actúan con elegancia.
A través de su lucha, esperan que el mundo sea más tolerante e inclusivo para todas las personas con discapacidades, ya que pueden hacer las mismas cosas que cualquier otra.
Logran objetivos que sus padres no imaginaban posibles
En 2022, las gemelas alcanzaron un objetivo inimaginable para muchos. Cumplieron 20 años y vivían de forma independiente. Kendra trabajaba como cajera en una tienda de comestibles y ya había obtenido un certificado de flebotomía. Mientras tanto, Maliyah se graduó en periodismo digital en el Davis Technical College y quiere empezar una carrera en diseño gráfico. A pesar de sus dificultades, las gemelas continúan en la persecución de sus sueños.
Pero al mirar hacia el futuro, un nuevo temor empezó a invadirlas: ¿serían capaces de vivir sus vidas al máximo, o tendrían otros obstáculos?
Siamesas, pero con dos personalidades distintas
Aunque son gemelas, ellas consideran que no se parecen en nada. A pesar de haber estado unidas una vez, no podrían ser más diferentes. Es natural que una de las hermanas sea más sociable y extrovertida, mientras que la otra, más introvertida. Pero eso no les impide salir y disfrutar de sus amistades. Es por eso que agradecen que las separaran porque habría sido difícil convivir con intereses tan opuestos si hubieran permanecido pegadas.
Solo porque son gemelas no implica que sean una sola persona. Así que, ¿dónde pueden sacar a relucir su carisma? En la escuela, por supuesto.
La vida de Maliyah y Kendra no es fácil todo el tiempo
Estas hermanas han superado varias dificultades y viven la vida al máximo, pero no siempre es fácil. Sus estados de salud es un recordatorio constante de la fragilidad de la vida. En cualquier momento pueden volver al hospital, y tener que luchar por su vida una vez más. Kendra se enfrentó a una infección masiva al momento en que debía empezar la escuela.
Se tuvo que operar y permanecer en el hospital para recibir un tratamiento que le ayudaba a eliminar la infección. Así que, aunque parezca que las cosas van bien para Maliyah y Kendra, es importante recordar que su viaje está lejos de terminar.
Crearon un canal de YouTube para dar salida a su experiencia
El poder de las redes sociales es innegable, y las gemelas Herrin lo experimentan de primera mano. Su canal de YouTube no solo les ha permitido expresarse, sino que también les ha dado una plataforma para compartir con el mundo su historia. Les gusta la idea de hacer sonreír a la gente y compartir un lado tonto de sí mismas que no todos llegan a ver a primera vista.
¿Quién iba a decir que hacer vídeos iba a tener tanta repercusión en sus vidas? Pero ha resultado ser perfecto para ellas.
Las redes sociales les han dado la confianza que nunca pensaron que tendrían
Kendra y Maliyah han recorrido un largo camino desde que empezaron su canal de YouTube, y no es solo su confianza lo que ha mejorado, sino que han influido en la vida de personas de todo el mundo. Nunca pensaron que podrían ponerse delante de una cámara, pero ahora no pueden imaginar su vida sin ella. La actitud positiva y el humor de las chicas brillan en sus vídeos, y se convirtieron en una inspiración para muchos.
El exponerse en las redes sociales puede conllevar reacciones negativas o comentarios groseros. ¿Cómo consiguen mantener una actitud positiva a pesar de todas las adversidades?
No sobreviven, sino que prosperan contra todo pronóstico
Las gemelas Herrin han superado enormes obstáculos en sus vidas, y sus historias no han estado exentas de momentos difíciles. A pesar de su inquebrantable optimismo, es imposible no preguntarse por los retos que aún les aguardan. ¿Cómo seguirá su salud? ¿Enfrentarán nuevos problemas? Solo el tiempo dirá lo que les espera.
El futuro es incierto, pero lo que sí sabemos es que han demostrado ser unas supervivientes, unas luchadoras y una inspiración para todos nosotros.
De las pocas probabilidades de supervivencia a la graduación del bachillerato
Las gemelas Herrin tenían pocas probabilidades de sobrevivir al nacer, pero hoy han superado obstáculos inimaginables. Desde sus primeros años como siamesas hasta su condición actual de jóvenes adultas sanas, su historia ha sido inspiradora. Ambas se graduaron de la escuela, algo que nadie creía posible. Todavía desafían las expectativas al romper las barreras que la sociedad les impone.
¿Quién iba a imaginar que estos bebés frágiles llegarían tan lejos? Las gemelas Herrin son un testimonio del poder de la perseverancia y la resistencia del espíritu humano.
Superar las dificultades para divertirse y disfrutar de la vida
Los médicos les dieron solo 24 horas de vida, pero, contra todo pronóstico, ahora tienen veinte años. A pesar de los muchos retos a los que se han enfrentado, sus vidas están llenas de alegría y diversión. Sacan tiempo para salir con sus amigos y han asistido a numerosos bailes escolares. Incluso trabajan a jornada completa y salen con sus compañeros. Llevan una vida que antes parecía imposible.
Tras haber demostrado su fortaleza al mantener su salud, estudiar, hacer amigos y vivir la vida al máximo, ¿cuál podría ser el siguiente desafío para ellas? ¿Qué podrían proponerse que parece estar fuera de su alcance?
Llegaron a los veinte
Dicen que la vida empieza a los veinte, y para Maliyah y Kendra eso no podría ser más cierto. Después de más de una década separadas, de soportar innumerables operaciones e incluso trasplantes de riñón, han entrado a la adultez, listas para afrontar todos los nuevos retos de la vida. Navegar por las turbulentas aguas de los veinte años no es tarea fácil. Ellas ya han superado muchas cosas, pero ¿podrán afrontar esta nueva etapa de sus vidas?
¿Su unión y sus experiencias les darán la fuerza necesaria para hacer frente a todo lo que la vida les depare? El tiempo lo dirá, y nosotros estaremos ahí para apoyarlas.
Se niegan a que nada se interponga en su camino
Maliyah y Kendra han demostrado una y otra vez que no hay nada que no puedan hacer. Han perseverado y han encontrado formas de disfrutar de la vida al máximo. Muchos suponen que su estado de salud las frena, que no pueden andar, conducir o nadar. Ellas se niegan a que nadie dicte lo que pueden o no hacer. Sus vidas han tenido altibajos, pero nunca han dejado que eso las detenga.
También han demostrado que la vida es lo que uno hace de ella y han convertido sus obstáculos en oportunidades, y al hacerlo, nos han inspirado a todos actuar de la misma manera.